Discúlpeme, pero no. No me hace falta una moda para mi identidad, me visto de sincero y no me queda tan mal, y traigo a la medida mi autenticidad. Discúlpeme, pero no. No me hace falta el dinero para saber quie´n soy, soy libre como el viento y eso me hace feliz, muy feliz. ¿Qué, a usted no?
Discúlpeme, pero no. No me hace falta una regla para con Dios hablar, somos muy amigos y nos gusta variar, y nos da buen resultado la sinceridad.
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