Esta es la historia que desde hace más de 210 días se escribe en algún libro, con muchas hojas… Él sentado en un restaurante, algo viejo por cierto, no importa el nombre ni mucho menos el lugar… Tomaba la taza de café, le temblaban las manos, nervioso… Se refugiaba a su taza, a su libreta donde escribía cada noche su prosa para alguien sin saber quién… Cuando lo hacia se le encendían los ojos, su niñez llegaba a escribir con él y sus manos al son del amor escribían sin importar la hora, lo único que quería era decirle cuanto la amaba aunque ni tan siquiera supiera su nombre. Los días pasaban, el café se agotaba, su edad avanzaba y también su cobardía por enfrentar el amor… Le tenía miedo… Se sentía un viejo perdedor cuando su prosa hablaba derrota, utopía y sueños imposibles… Ella siempre en su jaula, temió echar raíces que pudieran sus alas cortar, en su jaula la vida se le iba, y sin conocerla pensaba que iba a morir… Ella soñaba no con sus propios sueños, tenía sueños prestados, narrados con amor pero que incluían mentira y demasiada fantasía… Es otra eterna canción… Ella creció ansiando algo que no era cierto, creció imaginando que era fácil y hermoso… Temía al amor, temía a conocer más allá de un simple abrazo… Ella se dejó enredar por viejas manos, usadoras y poco amables… Se dejó llevar y sin respirar casi la dejan… Ella reaccionó… Ellos, ella y él, viven esta historia extraordinaria, con amor, llenos de sueños, de luchas, de caídas, de esfuerzo y de muchas muchas ganas de vivir la vida juntos… Hace 7 meses comenzó una historia en la que Dios, las pruebas, nuevas experiencias y otra cosas más han tenido que ver pero que ellos dos no se sueltan de la mano… Siguen juntos y más fuertes cada dia… Él ama a ella… Ella ama a él…
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