Si te ofuscas con facilidad es bueno que te sientes a examinar las fuentes de tu irritabilidad. Identifícalas y haz un programa de revisión para controlarlas en un proceso diario. Verás cómo logras progresos notorios.
Estas son las causas más frecuentes:
1. EGOÍSMO. Chocas con otros porque quieres que siempre se haga tu voluntad. Aprende a ceder y a valorar a los demás. Toma la decisión de escuchar a los otros y ponte en su lugar. Siendo tolerante evitarás discordias y heridas.
2. ORGULLO. Es grave que te creas más que nadie, que no aceptes tus fallas y que maltrates con tu arrogancia. Pide a Dios sencillez, haz una lista de todo lo que ganas siendo humilde, y esmérate por desterrar la soberbia.
3. PERFECCIONISMO. Es causa de continuas peleas porque no cuentas con los errores y buscas en todo calidad total. Aunque conviene huir de la mediocridad, es necesario presupuestar pérdidas. Hazlo si no quieres sufrir y hacer sufrir.
Envió: Guillermo Aguilar Sánchez
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