viernes, 14 de febrero de 2014

¿San Valentín sin pareja?

¿San Valentín sin pareja?: tácticas para el #ForeverAlone


Para los solitarios, los días festivos, o mejor dicho, las fechas en donde las familias, las parejas y los amigos suelen reunirse para hacer alharaca por la dicha de poder juntarse (una gran mayoría de ellos con el bombardeo mercadológico que la celebración conlleva) es motivo de rechazo.


También están los haters (u odiosos, pero esos repudian hasta el simple hecho de poder andar por la calle), pero no nos incuben ahora, porque la llegada de ese festivo para recordar al santo-ángel-espíritu que el mito popular coloca como responsable de enamorar a las personas suele ser pesado para los llamados “forever alone”.


Sí, quizás somos desadaptados o ajenos a la necesidad imperiosa de encontrar una pareja, o igual muy exigentes, lo cual nos vuelve apáticos a las muestras de cariño de otros más afortunados. Sin embargo, no es un lastre permanente que nos obligue a renegar de nuestra soltería.


La realidad es que fechas como “San Volantín” suelen ser detonante para ese abandono sentimental que nos motiva a convivir a regañadientes con globos, dulces, tarjeta y demás objetos destinados al ser apreciado, por otros, claro.


¿Los contras del famoso día? El solitario es un bicho raro en medio de un ir y venir de afectos en plena efervescencia. La parejita de amigos con los que sales ocasionalmente y se hacen de la vista gorda por tu calidad de “mal tercio” descarga toda su melosidad en tu cara y el dicho de “no coman pan delante de los pobres” resuena en el cerebro todo el mentado día.


El transporte público es un desfile de peluches y corazones que normalmente hacen más colorido el usualmente gris pesero y las sonrisas sin aparente sentido (para quienes en la misma situación se encuentran, claro) las tomamos como burlas cuando solo es reflejo de la dicha de los demás.


Los restaurantes y bares se inundan de melcocha, casi casi te sientas y se te chorrea la miel por los pantalones. El caso reviste de patetismo si a tu alrededor decenas de parejas se intercambian miradas mientras tú solo ves el menú y le haces ojitos a la hamburguesa doble con tocino.


El forever alone crece día a día con las redes sociales, y la internet y las manifestaciones de cariño son en el 14 de febrero motivo de peso para un posible coma diabético para los que refunfuñamos por don Valentín y sus cupidos.


Sin embargo, hay modos apropiados para evadir la ausencia de un interés sentimental en tan cacareada fecha y el primero consiste en la bandera de los libros de autoestima: una actitud positiva.


Que no nos gusta el 14 de febrero ¿y? A los demás les vale gorro, como a nosotros deberían resbalarnos el despliegue de encantos. Luego entonces, que sean felices y coman perdices. Nosotros a nuestro asunto.


Basados en ese primer punto, ni darle vuelta a esas 24 horas de quiéreme y bésame mucho. Según la conmemoración amorosa, los amigos están involucrados en ello, entonces, no vayas y le desees buena vibra al compañero solitario, pero sí es momento para darte gusto con los también solteros y dejarte consentir entre amistades. Ya si de plano no tiene amigos puedes aplicar la autodestrucción o el meterte en tu mundo.


Para la primera opción es sencillo: libros, series de tv, productos que te pongan en esa zona de confort y tranquilidad para que el mundo se desbarate por fuera con chorrocientos besos y abrazos mientras a ti te consienten esos hobbies y diversiones que ten colocan en el nivel de fan (o ya muy exagerado el asunto, de friki).


Respecto a la segunda alternativa, pues todo lo contrario: tu paquete de películas que te hagan sufrir, caja de pañuelos desechables, fotos del recuerdo y haz como que te cortas las venas con galletas de animalitos. Llora a moco tendido si ello te sirve. Raro eso de tener que desahogarse por San Valentín, pero cada quien sus ondas.


Que los restaurantes están llenos, pues pide comida en casa. Una pizza con tus cuates para darle a un videojuego o ponerse al karaoke a berrear siempre ayuda (pero por amor de dios, olvídense de las románticas, no saquen su desgracia si es que la hay).


Prácticamente es inevitable salir a la calle y no toparse con un detalle de esos que alegran las almas de los terceros, pero no pasa nada. El 15 de febrero y días subsecuentes están a tan solo 24 horas, así que si no existe esa pareja en donde pretendes descargar tus detalles más cursis algún día, dedícate a consentirte a ti. Sin caer en la perorata de las autoayudas, simplemente vele el lado bueno: te has ahorrado un dinero que puede ir a parar en un regalo para tu persona.


 Nota al pie: también puedes optar por la modalidad de burla, pero honestamente, nadie con su razonamiento afinado creerá que te vale la fecha si sacas la risa forzada por la serenata que recibió la vecina o los chocolates que transiten frente a tus narices. Ahora, si el novio se vistió de botarga para entregar un anillo de compromiso, pues el chiste se cuenta solo, ríe a tus anchas.


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