La laguna de Pacucha
En
los tiempos antiguos existían dos Andahuaylillas: el Hatun
Andahuaylilla que era del Cusco y el Uchu Andahuaylilla que era de
Pacucha. Ahora se le llama Pacucha Andahuaylilla. Cierto día se había
realizado un matrimonio en el cual sólo asistió gente adinerada del
pueblo. Es entonces que apareció un anciano todo harapiento; aquel
sujeto guardaba un cierto enigma pues los perros al detectar su
presencia ni le ladraron o mordieron y fue así que ingresó a la fiesta.
La gente se extraño preguntándose: ¿por qué los perros no muerden a ese
viejo apestoso?, y aquello fue comentario de todos; fue entonces que
salieron los padres de la novia, -¿qué es lo que desea este viejo
apestoso?, que se vaya a su casa, ¡sáquenlo!- dijeron, pero las personas
que estaban en la reunión se extrañaban por su presencia, sobre todo al
darse cuenta de que los perros no le ladrasen o mordiesen. Las personas
se imaginaron: quizá sea Dios y en esa forma se presenta, pero algunos
no hicieron caso ante la extrañeza de los demás, -¡que no ingrese!, ¡que
no ingrese!- decía la novia, el novio mencionó lo mismo. Fue entonces
que el anciano no ingresó a la fiesta de matrimonio y se fue. Continuó
su camino y se alejó de aquel lugar. De pronto ingresó a una casa donde
una señora estaba moliendo máchica. La señora cargaba a su bebé a la vez
que molía, Fue entonces que el hombre le dijo: ¿puedo ingresar?, y la
señora le dijo que pase adelante, que tomara asiento, para ello le
ofreció un cuero de oveja a fin de que no se ensuciase; a la vez le
convidó un poco de su máchica en un plato, -¡sírvase!- le dijo, con un
poco de agua pasará mejor, esta máchica es lo único que puedo ofrecerle,
-¡gracias!- le dijo el anciano, pero no la probó, sólo la olió,
-¿podrías regalarme aquella flor que tienes a tu costado?- le dijo el
anciano, luego quiero que alistes enseguida tus cosas para tu cocaví
(provisiones), que cargues a tu bebé y que partas, Fue entonces que la
dejó en un lugar alejado del pueblo, de ahí le dijo que se fuera a la
parte más alta del cerro y que no mirase atrás a pesar de que escuche
algún ruido en el pueblo pues si lo hiciese se iba a convertir en
piedra, pero la señora no le hizo caso. Fue el ruido y la curiosidad la
que le hizo voltear y mirar hacia el pueblo, aquel ruido era el
terremoto que había mandado el anciano, el agua se desbordó y fue así
que se formó una laguna: La señora junto a su bebé y la oveja se
convirtieron en piedra; el causante de que la laguna ahogara a todo el pueblo fue Dios quien fue al pueblo a realizar una prueba. Todo era en realidad una prueba.
Hay
una creencia enorme con respecto a la laguna de Pacucha. Se dice que un
día tomará desayuno en el pueblo de San Jerónimo, luego almorzaría en
el pueblo de Andahuaylas para luego cenar en Talavera de la Reyna.
Lógicamente, ello quiere decir que inundará todo el valle. Mi madre me
contó en cierta ocasión, para ser más exacto en el año 2008, en el mes
de septiembre, que se oyó rumores de que la laguna de Pacucha se estaba
desbordando. Las personas se asustaron tremendamente, subieron a las
zonas más altas de los cerros. Cogieron lo que tuvieron a la mano y
partieron rumbo a las alturas. Se oyeron incluso las sirenas de algunas
ambulancias que alertaban a los pobladores. Menos mal sólo fue un susto.
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