El Yastay
Es hijo de la Pachamama y por encargo de ella debe cuidar los animales silvestres. Se lo representa como un hombre viejito de barba larga y cuernos como los de un carnero. Los que desean cazar deben dejarle ofrendas, de esta manera aparecerán las aves y la actividad será propicia; dice Coluccio que antes de salir a cazar se hace una junta de gentes o kachakuna, en el cual se invoca la protección del Llastay (parecida a la corpachada de la Pachamama). El Llastay acepta los pactos y los respeta si uno no los da a conocer.
Su comida preferida es el cocho (harina de maíz tostado) con harina de quintitaco (algarrobo dulce). Aparece muchas veces transformado en animal, o en persona para hacer tratos con los paisanos.
El Llastay es el dios poliforme de las manadas de llamas, vicuñas, guanacos y cóndores, vale decir de la fauna cuasi aérea de las cumbres. El indio que se aventuraba por las altiplanicies se sentía tan cerca de la morada de los dioses, que necesitaba fatalmente un mentor divino que le acompañara y protegiera. Dios propicio y bondadoso que, a la par que le evitara la desgracia, le propiciaria los dones de la vida, allí donde falta todo elemento de conservacion. Esa divinidad era el Llastay.
Con mano invisible, pero segura, guiaba al viajero envuelto por el manto húmedo de las nubes a través de las rocas, hasta dejarlo en la rampa, próximo al valle o en el oculto ojo de agua de la quebrada desconocida.
El Llastay es un mito viviente, no existe solo en el recuerdo, sino que tiene su culto y sus devotos"
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