Las puertas se van cerrando, una a una. Poco a poco, la vida se va quedando sin luz, sin ninguna puerta abierta que permita a la luz del día iluminarlo todo.
Lo que parecía una nueva puerta abierta está a punto de cerrarse y tengo miedo de dejarme los dedos dentro, de que la puerta los aplaste al cerrarse haciéndome daño de nuevo.Otra puerta que había intentado mantener cerrada en mi interior se ha vuelto a abrir, dejando salir todo lo negro que había en ella. Nadie más lo ve, nadie que no sea yo puede comprender como me siento, lo frustrante que aguantarlo todos los días.
En las más optimistas leyendas he oído algo sobre la puerta de la felicidad. ¿Es verdad que existe? ¿Es verdad que mis problemas pueden desaparecer? Yo creo que en realidad todo es una farsa. A lo que denominan alegría es al espacio de tiempo en el que aún no ves el siguiente problema que se te va a venir encima, desarmando todo tu mundo.
En un segundo puedo estar bien y al segundo ya estoy mal. No lo he pensado, lo he sentido, este es el momento de cambiar. Tal vez no sea mañana, tal vez no sea pasado, pero algún día habré cambiado y ninguno recordaréis estas palabras. Mientras algunos miran, otros me seguirán en el camino.
Solo espero que esta vez funcione. Porque quiero descubrir la leyenda de la puerta de la felicidad. Dime, querido lector si tú lo sabes... ¿Dónde está?
Lo que parecía una nueva puerta abierta está a punto de cerrarse y tengo miedo de dejarme los dedos dentro, de que la puerta los aplaste al cerrarse haciéndome daño de nuevo.Otra puerta que había intentado mantener cerrada en mi interior se ha vuelto a abrir, dejando salir todo lo negro que había en ella. Nadie más lo ve, nadie que no sea yo puede comprender como me siento, lo frustrante que aguantarlo todos los días.
En las más optimistas leyendas he oído algo sobre la puerta de la felicidad. ¿Es verdad que existe? ¿Es verdad que mis problemas pueden desaparecer? Yo creo que en realidad todo es una farsa. A lo que denominan alegría es al espacio de tiempo en el que aún no ves el siguiente problema que se te va a venir encima, desarmando todo tu mundo.
En un segundo puedo estar bien y al segundo ya estoy mal. No lo he pensado, lo he sentido, este es el momento de cambiar. Tal vez no sea mañana, tal vez no sea pasado, pero algún día habré cambiado y ninguno recordaréis estas palabras. Mientras algunos miran, otros me seguirán en el camino.
Solo espero que esta vez funcione. Porque quiero descubrir la leyenda de la puerta de la felicidad. Dime, querido lector si tú lo sabes... ¿Dónde está?
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