martes, 24 de junio de 2014

Carta al Amor de mi Vida

 
Nota: Hay cartas que cambian la vida de alguien. Ésta es una de ellas...
 
Al Amor de mi Vida:
Hace casi cuatro meses que no te veo, pero te imagino con tu vientre abultado llevando a nuestra hija dentro: Sé por Marina que es una niña. Tú y yo siempre quisimos tener una niña, ¿te acuerdas cuando de madrugada yo te abrazaba y soñábamos con huir y empezar una nueva vida?
Cuando me dijiste que estabas embarazada, que íbamos a tener un hijo y que dejarías a tu marido para que pudiéramos irnos los tres; tal y como siempre habíamos soñado, me hiciste el hombre más feliz del mundo. Acordamos que la llamaríamos Carolina si al final resultaba niña, y David si por el contrario era un niño. Lo teníamos todo planeado, yo había encontrado trabajo en Madrid como fotógrafo, y tú querías dejar el trabajo de oficina que tus padres te impusieron y que tanto odiabas y dedicarte a la pintura y el diseño el cual había sido  sueño desde muy joven, juntos criaríamos a nuestro bebé y seríamos felices para siempre.
Qué estúpido fui al creerte, la noche que habíamos quedado te esperé en mi estudio hasta el amanecer, te llamé y te busqué pero tú no me contestaste. Cuando fui a buscarte a tu casa, tu hermana me abrió la puerta y me dio una carta en tu nombre alegando que no querías verme, las únicas palabras escritas fueron: Lo siento, no puedo hacerlo. Yo no estaba dispuesto a aceptar aquello y te busqué en el trabajo, te abordé en un pasillo y te obligué a escucharme, me dijiste que no era el momento, que hablaríamos luegoen el sitio de siempre. Aguardé allí por ti, hasta que por fin apareciste, inmediatamente te pedí una explicación sobre la carta y tu plantón, tú simplemente me dijiste: Perdóname, pero no puedo hacerlo. ¿Por qué? Quería saber, no entendía nada hasta que al fin me explicaste que si te divorciabas, ¿qué pensaría de ti la gente? Que sería un escándalo en una ciudad tan pequeña y en unos tiempos como aquellos, ¿qué pensarían tus padres y nuestros amigos? Yo te expliqué que aquello no tenía por qué importante, que yo también tenía mucho que perder, también estaba casado y tenía un hijo pequeño, Marco el cual te adoraba y deseaba más que nada en el mundo tener un hermano, pero tú no quisiste escucharme. Habías decidido quedarte con tu marido y criar a nuestro bebé como vuestro,haciéndole creer que aquella criatura era suya, él no lo dudaría pues no sospechaba de nosotros y nunca estaba en casa. Tus palabras me conmocionaron, estallé y te grité que no lo consentiría, que tú podías hacer lo que quisieras pero que a mi hijo no lo alejarías de mí, que yo era su padre y tenía todo el derecho a criarlo y él a conocerme, a mí, a su hermano y sus abuelos. Me echaste en cara mi egoísmo, y me reprochaste que si actuabas así era porque no querías que naciera como un señalado, que sólo pensabas en él, pero, vida mía, seamos sinceros: En ese momento sólo pensabas en ti mismas y en lo que tu madre pensaría de ti si huías con el hombre al que verdaderamente amabas y no al que ella aprobó para que te casaras con él.
Yo nunca les gusté a tu familia, ya sé lo que pensaban de mí, pero a mi no me importaban ellos, me importabas tú y nuestro hijo. Tú te echaste a llorar y saliste corriendo. Esa noche llovió a cántaros y bajo la lluvia grité tu nombre desde la puerta de tu casa, di portazos, te grité una y otra vez pero tú no saliste ni por el miedo que los vecinos me oyeran y murmuraran. Marina tuvo que venir a buscarme para llevarme a casa, me echó en cara que ella siempre supo que lo nuestro nunca funcionaría y me instó para que me largara para siempre de tu vida, yo en ese momento no quise escucharla.
Te esperé durante dos meses a que vinieras conmigo, te llamé y escribí, incluso te aceché pero nada logró hacerte cambiar de opinión.
Al final, roto de dolor decidí marcharme a Madrid, solo y allí intentar olvidarte; pero aquí me tienes, sufriendo como un perro y escribiéndote una carta que tú nunca leerás y que puede que ni te interese hacerlo. En este momento me odio a mí mismo, ¿sabes? Y te odio a ti también, por alejarme de tu vida y quitarme a mi hija.
Tu marido es un buen hombre, te quiere más que a nada, pero tu a él no lo quieres, y no se merece eso, ni tampoco nuestra hija, al fin y al cabo ellos son los únicos inocentes de esta historia.
No te imaginas, el dolor que me causa alejarme de vosotras. Yo solo espero no equivocarme, que vosotras seáis felices es lo único que me importa.
Luis será un buen padre, lo sé porque he llegado a conocerle y apreciado como a un amigo, pero siento celos de él y del amor que va a recibir de parte de nuestra pequeña, daría mi vida por poder verla una sola vez, pero conociéndote tú jamás le dirás la verdad, eres demasiado cobarde como para enfrentarla y decirle lo que hiciste.
Te quiero más que a nada en el mundo, ahora y para siempre.

Si te gustó... ¡compártelo! ↓

0 comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...