Y pensar que todo comenzó con una carrera para la supervivencia,
en la que competí para vivir,
en un seno familiar que aprecio cada mañana al despertar.
Compuesto por una madre que no cambiaría por nada,
una hermana que me endulza las mañanas,
un padre que me quiere sin condición,
y un hermano que me expresa su comprensión.
Un lazo extenso que nos une,
tan fuerte y ardiente es el amor de la familia,
como un huracán perdido,
como un dios enfurecido.
Gracias a Dios doy,
por darme esta familia hoy,
por mantenernos unidos y apacibles,
tan consolidados como un diamante indestructible.
Concluyo mis palabras y este verso,
con el mas caluroso abrazo y el mas apasionado beso,
recordando amar a mi familia de principio a fin y sin medida,
por que se que siempre serán parte de mi vida…
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