El abuelo y el nieto Cuento
Había
una vez un pobre muy viejo que no veía apenas, tenía el oído muy torpe y
le temblaban las rodillas. Cuando estaba a la mesa, apenas podía
sostener su cuchara, dejaba caer la copa en el mantel, y aun algunas
veces escapar la baba. La mujer de su hijo y su mismo hijo estaban muy
disgustados con él, hasta que, por último, le dejaron en un rincón de un
cuarto, donde le llevaban su escasa comida en un plato viejo de barro.
El anciano lloraba con frecuencia y miraba con tristeza hacia la mesa.
Un día se cayó al suelo, y se le rompió la escudilla que apenas podía
sostener en sus temblorosas manos. Su nuera le llenó de improperios a
que no se atrevió a responder, y bajó la cabeza suspirando. Compráronle
por un cuarto una tarterilla de madera, en la que se le dio de comer de
allí en adelante.
Algunos días después, su hijo y su nuera vieron a su niño, que tenía algunos años, muy ocupado en reunir algunos pedazos de madera que había en el suelo.
-¿Qué haces? preguntó su padre.
-Una tartera, contestó, para dar de comer a papá y a mamá cuando sean viejos.
El marido y la mujer se miraron por un momento sin decirse una palabra. Después se echaron a llorar, volvieron a poner al abuelo a la mesa; y comió siempre con ellos, siendo tratado con la mayor amabilidad.
Algunos días después, su hijo y su nuera vieron a su niño, que tenía algunos años, muy ocupado en reunir algunos pedazos de madera que había en el suelo.
-¿Qué haces? preguntó su padre.
-Una tartera, contestó, para dar de comer a papá y a mamá cuando sean viejos.
El marido y la mujer se miraron por un momento sin decirse una palabra. Después se echaron a llorar, volvieron a poner al abuelo a la mesa; y comió siempre con ellos, siendo tratado con la mayor amabilidad.
* * * FIN * * *
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