CREO QUE MI
PAREJA ME ENGAÑA
Muchas mujeres sufren porque creen que sus parejas las engañan, sin tener
evidencia alguna; solamente comienzan a notar algunas señales que las hace
desconfiar, como cierta indiferencia sexual, ausencias injustificadas, falta de
comunicación o poca atención.Estas mujeres tienen la fantasía de que el amor no
cambia, no pueden aceptar que la vida es cambio y el amor no es una excepción. Recién
cuando pueden percibir la realidad como es y se liberan de su ilusión, podrán
darse cuenta que el enamoramiento se transforma en algo mejor, en amor
verdadero. En una relación de pareja, el otro siempre es un reflejo de sí mismo,
o sea que todos esos atributos que se comienzan a percibir en el otro, que les
hace dudar de su amor, también los tiene uno. ¿Cómo surge el amor? ¿Es sólo por
la apariencia física o el sexo, o por algo más?
Una persona se enamora de alguien que se parece a su ideal de pareja y ese
ideal se relaciona, en el mejor de los casos, con su identificación con el
progenitor del mismo sexo.
La identificación positiva para la mujer significa incorporar
características de personalidad y otros atributos de su madre, o sea, querer
ser como su madre para tener al padre y para el hombre, la identificación
positiva consiste en querer ser como el padre para tener a la madre. Posteriormente,
una vez pasada la adolescencia, los individuos serán capaces de abandonar el
objeto de amor que es la madre o el padre para cambiarlo por otro, no
incestuoso. Una persona se puede identificar con la madre que tiene o con la
que desearía tener, o con el padre que tiene o que desearía tener; y buscará
una pareja que tenga las características de sus progenitores o bien, si no le
agradan, las opuestas. De modo que desde este punto de vista, la belleza es un
atributo que tiene bastante poco que ver en la elección de pareja, más bien son
las cualidades más profundas las que se buscan en una relación. Las
identificaciones también van más allá de los progenitores y captan
características de personas sustitutas de los padres y o de otras personas
significativas, como maestros, profesores, amigos entrañables o ídolos
populares. Estas identificaciones dan un resultado único e irrepetible para
cada persona, de modo que siempre hay parejas para todos y a veces nos
sorprendemos cuando vemos a tantas parejas desparejas. La confianza en la
pareja no depende solamente de la conducta del otro, también depende de la
conducta propia, porque si somos inseguros y celosos, por más confiable que sea
la persona que amamos siempre estaremos dudando de ella. Lo que si hay que
aceptar es que no se puede obligar a otro a que nos ame, de modo que cualquier
intento de aferrarse al ser amado no sólo será siempre inútil sino que además
provocará el efecto contrario, o sea hará acentuar el desinterés por alguien
inseguro que está todo el tiempo demostrando que duda de él. El miedo a la
pérdida puede destruir parejas bien avenidas si la relación está llena de
desconfianza y dudas, por eso es necesario aprender a confiar no solamente en
el otro sino también en uno mismo, reconociendo el verdadero valor que tenemos
como personas, cumpliendo todos nuestros objetivos personales, para poder
mantener siempre bien alta la propia autoestima.
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